domingo, 25 de noviembre de 2012

Spencer Kagan

<<Dos mujeres están en la orilla de un río, de corriente rápida, que se está llevando a un hombre que lucha por mantenerse a flote y acercarse a ellas. Ambas mujeres saltan al agua y rescatan al hombre. Mientras las valientes rescatadoras atienden a la víctima, la corriente lleva hacia ellas un segundo hombre, también desesperado y gritando auxilio. De nuevo, las mujeres se meten en el agua al rescate. Mientras sacan a la segunda víctima, divisan a un tercer hombre agitando los brazos. Una mujer se mete en el agua para salvar a la última víctima. Se da la vuelta y ve a la otra mujer yendo corriente arriba. "¿Por qué no me ayudas?", grita. "Estoy ayudando", responde la otra mujer. "Estoy yendo a ver quién los está tirando al agua.">>

Este es un curioso ejemplo de Spencer Kagan que puede ayudar a ilustrar la importancia que tiene descubrir el foco del problema para atacar de raíz. Aunque esto se puede trasladar a cualquier problema en general, también se puede aplicar a la educación: Mientras el mundo cambia a nuestro alrededor, los centros docentes no lo hacen, ya que siguen metodologías ancladas al pasado. Esto supone un problema para la enseñanza, y por tanto habría que atacar de raíz.

Con el ejemplo de las mujeres que salvan a esas personas que han caído al río, también podemos observar la importancia del trabajo cooperativo. En el sistema tradicional de enseñanza funciona sobre todo el estudio como algo individual: el estudiante se aprende el tema, y en clase dice “¡yo!” cuando el profesor hace una pregunta. Sin embargo, el sistema de trabajo en equipo, aunque nunca es puro (es decir, también tiene parte del tradicional), también incluye valores de cooperación, apoyo entre los estudiantes, liderazgo, y solidaridad.

 

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